La Ruta transcurre por el sur de la provincia de Córdoba, en la campiña, y atraviesa 17 municipios: Aguilar de la Frontera, Baena, Cabra, Córdoba, Fernán Núñez, Espejo, La Rambla, Lucena, Montemayor, Montilla, Moriles, Montalbán, Monturque, Castro del Río, Doña Mencía, Santaella y Puente Genil. Esta zona conserva el encanto de un paisaje dominado por viñedos y olivos, una biodiversidad difícilmente alcanzable en otras zonas vitícolas y acompañado de una gran riqueza Histórica, Artística y Patrimonial de los pueblos que la conforman.
Hoy la Ruta del Vino Montilla-Moriles cuenta con más de 60 empresas asociadas entre alojamientos (hoteles, hostales, alojamientos rurales), restaurantes, tabernas, bodegas y lagares, eno-tiendas, museo del mosto, tonelería, alfarería, etc. A su vez, tanto el Patronato provincial de Turismo como el Consejo Regulador de las D.O.P. “Montilla-Moriles” y “vinagre de Montilla-Moriles” forman parte de la Ruta del Vino Montilla-Moriles.
La Ruta del Vino Montilla-Moriles tiene sus inicios en 2001 por la apuesta que lleva a cabo el Ayuntamiento de Montilla cumpliendo los compromisos que tiene como ciudad del vino y socio de ACEVIN, Asociación Española de Ciudades del Vino. En ese año se constituye la Asociación para la Promoción del Turismo del Vino, AVINTUR, cuyo fin primordial es la promoción y dinamización de la cultura del vino en el territorio de la D.O.P. “Montilla Moriles”. En julio de 2005, se consigue la certificación de la Ruta del Vino Montilla-Moriles, por parte de ACEVIN y la SGT, como Ruta del Vino de España consiguiendo ser la primera ruta certificada de Andalucía.
El vino de nuestra D.O.P. es un producto único y singular que atrae por sí sólo el interés de la Sociedad, interés por el producto, por su nacimiento en la vid, su tratamiento en el lagar y su transformación en la bodega, por su tradición, por los oficios artesanales que giran a su alrededor y por la gastronomía que lo tiene como fundamento.
Los tipos de vino que se elaboran en nuestra D.O.P., procedentes en su mayoría de la variedad principal, la uva Pedro Ximénez, que ofrecen una gama amplia de más de doce productos. Entre ellos los vinos sin crianza, los vinos Jóven y de Tinaja, frescos y apropiados para los menos iniciados; vinos de crianza biológica bajo velo de flor, los Vinos Fino, Amontillado y Palo Cortado, verdaderas joyas de la enología mundial y que únicamente se consiguen en las extraordinarias condiciones edafo-climáticas del Valle del Guadalquivir; El vino Oloroso de crianza oxidativa y el Vino dulce Pedro Ximénez, elaborado a partir de la uvas pasificadas al Sol de la variedad que le da nombre.