• Publicación de la entrada:3 de agosto de 2023
  • Categoría de la entrada:Con solera

Los vinos generosos son un tipo de vino que se caracterizan por su proceso de elaboración, envejecimiento y características particulares. Estos vinos suelen tener un contenido de alcohol más elevado que los vinos comunes y se obtienen a partir de variedades de uva específicas. A continuación abordamos sus principales caracterísitcas y curiosidades sobre este delicioso caldo:

Las características del vino generoso

Entre las principales peculiaridades que caracterizan este tipo de vinos destacan:

Alto contenido alcoholico

Los vinos generosos tienen un contenido de alcohol más alto que los vinos comunes, generalmente entre 15% y 20%, o incluso más. Esto se debe a la adición de alcohol durante el proceso de fermentación, conocido como fortificación.

Dulzura y cuerpo

Muchos vinos generosos, especialmente aquellos elaborados a partir de uvas Pedro Ximénez o con crianza oxidativa, tienen una notable dulzura natural debido a que el proceso de fortificación detiene la fermentación y conserva cierta cantidad de azúcar residual. Esta característica proporciona al vino generoso un cuerpo más denso y una textura más viscosa en comparación con los vinos comunes.

Cuidado aroma

Los vinos generosos suelen ser muy aromáticos y complejos. La crianza prolongada en barricas de roble y los procesos de envejecimiento bajo velo de flor (crianza biológica) o en contacto directo con el oxígeno (crianza oxidativa) contribuyen a desarrollar una amplia gama de aromas, que van desde notas de frutos secos, pasas y miel hasta matices de frutas y especias.

Envejecimiento

Los vinos generosos se caracterizan por someterse a un envejecimiento prolongado en barricas de roble, lo que les permite desarrollar complejidad y profundidad en su sabor y aroma. Algunos vinos generosos pueden envejecer durante décadas, lo que añade valor y exclusividad a estas bebidas.

Crianza bajo velo de flor

Algunos vinos generosos, como el Fino y la Manzanilla, son sometidos a un proceso de crianza biológica bajo velo de flor, una capa de levadura que se forma en la superficie del vino en las barricas. Este proceso le confiere un carácter único, con notas frescas y salinas, además de proteger al vino de la oxidación.

La elaboración de los vinos generosos

La elaboración de los vinos generosos es un proceso especial que incluye etapas específicas para obtener las características particulares de estos vinos. A continuación, te describo los pasos fundamentales en la elaboración de los vinos generosos:

  1. Vendimia y selección de uvas. Se realiza la cosecha de las uvas en el momento óptimo de madurez. En el caso de los vinos generosos de Montilla-Moriles, la variedad principal es la uva Pedro Ximénez. La uva Pedro Ximénez es conocida por su alto contenido de azúcar natural, lo que la convierte en una excelente opción para la elaboración de vinos dulces. Estas uvas son sometidas a un proceso especial de secado al sol después de la vendimia, lo que aumenta aún más su concentración de azúcar antes de ser prensadas para la obtención del mosto. También se pueden emplear otras variedades, como la Palomino, para elaborar otros tipos de generosos.
  2. Despalillado y prensado. Las uvas son despalilladas para separar los racimos de las partes verdes. Luego, las uvas se prensan para obtener el mosto, que es el jugo de las uvas que se utilizará para la fermentación.
  3. Fermentación. En el caso de los vinos generosos, la fermentación no se deja terminar completamente. A mitad de la fermentación, se añade alcohol vínico para detenerla. Este proceso es conocido como «encabezado» y hace que el vino tenga un mayor contenido de alcohol y una mayor concentración de azúcares naturales, lo que contribuye a su carácter dulce.
  4. Clasificación y crianza. Una vez que el vino ha sido encabezado, se clasifica en diferentes categorías según el tipo de vino generoso que se desea obtener (Fino, Amontillado, Oloroso, Pedro Ximénez, etc.). Los vinos son trasladados a barricas de roble, donde comienza la crianza, y es aquí donde adquirirán gran parte de sus características aromáticas y de sabor.
  5. Crianza biológica (sistema de criaderas y soleras). En el caso de los vinos generosos más secos, como el Fino y la Manzanilla, se les somete a un proceso de crianza biológica bajo velo de flor, una capa de levadura que se forma en la superficie del vino en las barricas. Este proceso se realiza mediante el sistema de criaderas y soleras, donde los vinos más jóvenes se mezclan con los más viejos para lograr una mayor uniformidad y complejidad.
  6. Crianza oxidativa: Para los vinos generosos más oscuros y con mayor cuerpo, como los Olorosos y los Pedro Ximénez, se emplea un proceso de crianza oxidativa. Estos vinos no están cubiertos por el velo de flor y, por lo tanto, están en contacto directo con el oxígeno, lo que contribuye a su envejecimiento y desarrollo de aromas y sabores característicos.
  7. Embotellado: Después de años de crianza en las barricas, los vinos generosos están listos para ser embotellados. Algunos se embotellan directamente, mientras que otros pueden ser mezclados con vinos más jóvenes para mantener el perfil de sabor deseado.

Por supuesto, el proceso de elaboración puede variar ligeramente según cada vino, sus peculiaridades y las prácticas específicas de cada bodega.

Fortificación: razón de ser de estos vinos

La fortificación es el paso clave que distingue a los vinos generosos de otros tipos de vinos. Se trata de un proceso mediante el cual se añade alcohol vínico al mosto de uva durante la fermentación, antes de que se haya convertido todo el azúcar en alcohol. Esto detiene la fermentación y permite que el vino retenga una mayor cantidad de azúcar natural y tenga un contenido de alcohol más elevado, generalmente entre 15% y 20% o incluso más.

La fortificación tiene un impacto significativo en el sabor, la textura y las características de los vinos generosos. Les otorga una mayor riqueza de cuerpo, una dulzura natural y una mayor longevidad, ya que el alto contenido de alcohol actúa como conservante. Además, este proceso también influye en el perfil aromático, dando lugar a una amplia gama de sabores, desde vinos generosos secos y ligeros hasta vinos generosos dulces y concentrados.

Bodegas de crianza y fortificación de vinos generosos

¿Qué tipos de vinos generosos existen?

Cada tipo de vino generoso tiene su propio perfil de sabor y estilo, lo que los hace una categoría de vinos sumamente diversa y fascinante. Es el proceso de la fortificación y la crianza lo que les otorga las características únicas de cada uno de ellos.

  • Fino: Es un vino generoso muy seco y ligero, con un sabor delicado y un color pálido. Ideal para acompañar tapas, mariscos y pescados.
  • Amontillado: Este vino es más complejo que el Fino y suele tener un color ámbar. Combina bien con carnes blancas, arroces y quesos semicurados.
  • Oloroso: Un vino generoso más robusto y con un envejecimiento oxidativo que le da aromas intensos. Se lleva bien con carnes rojas y platos de caza.
  • Pedro Ximénez: Es un vino dulce, denso y oscuro, con notas de pasas y frutos secos. Perfecto para postres y quesos fuertes.
  • Cream: Una mezcla de Oloroso y Pedro Ximénez, dando como resultado un vino dulce y equilibrado.

Claves para el maridaje del vino generoso

Maridar un vino generoso, como los de Montilla-Moriles, puede ser una experiencia deliciosa y enriquecedora. Los vinos generosos de esta región, como el Fino, el Pedro Ximénez o el Amontillado, tienen sabores y aromas particulares que se complementan muy bien con ciertos alimentos. Entre los maridajes más habituales con este tipo de vinos, destacan:

  • Postres y chocolates: Los vinos generosos de Montilla-Moriles, especialmente el Pedro Ximénez, son ideales para acompañar postres dulces y chocolates. Su dulzura y riqueza de sabores complementan perfectamente platos como brownies, tartas de chocolate, flanes, y postres con frutos secos.
  • Quesos: Estos vinos maridan muy bien con una amplia variedad de quesos. El Pedro Ximénez combina especialmente bien con quesos azules, quesos curados y quesos enmohecidos. Por otro lado, el Amontillado armoniza con quesos semicurados y quesos de pasta dura.
  • Frutas secas y frutos secos: Los vinos generosos de Montilla-Moriles destacan por sus notas de pasas y frutos secos, por lo que maridan a la perfección con almendras, nueces, avellanas y orejones. También puedes disfrutarlos junto a platos que incluyan higos, dátiles o ciruelas secas.
  • Carnes a la parrilla o a la brasa: Los vinos generosos, especialmente los Amontillados, tienen suficiente cuerpo y sabor para acompañar carnes asadas, a la parrilla o a la brasa. Prueba maridarlos con carnes de cerdo, cordero o aves con salsas ricas y sabrosas.
  • Platos de caza: Si tienes la oportunidad de degustar un vino generoso junto a un guiso o estofado de caza, como jabalí o venado, te sorprenderá la armonía que pueden lograr estos vinos con esos platos intensos y sabrosos.
  • Aperitivos y tapas: Los vinos generosos más secos, como el Fino o el Amontillado en rama, son perfectos para acompañar aperitivos y tapas. Pruébalos junto a aceitunas, almendras fritas, boquerones en vinagre o jamón ibérico.

Una buena oportunidad para disfrutar de estos maridajes puede ser mediante la asistencia en catas guiadas, así como las actividades de enoturismo y eventos que se realizan en la zona, como la popular Cata del Vino de Moriles.